Se dice que son los ojos de su dueño. Lazarillos de cuatro patas adiestrados especialmente para aquellos que más lo necesitan. Los perros guías se han convertido en los últimos años en uno de los servicios de movilidad más importantes para las personas ciegas. También en uno de los más difíciles de conseguir.
En este año que termina, la ONCE ha entregado ochenta nuevos perros, dos de los cuales han ido a parar a Valladolid. Con ellos ya llegan a 35 los ciegos castellanos y leoneses beneficiados por el programa.
Ana María Bravo es una de ellas. Vecina de La Rubia, lleva cinco años con Xua, una perra labrador. A su lado recorre cada día las calles de la ciudad a la que llegó desde Salamanca hace siete años.
«Me da seguridad y libertad; una amiga mía dice que es lo más parecido a ver y tiene razón», explica bajo la atenta mirada del animal.
A Ana María, fisioterapeuta y madre de un niño de cuatro años, le cuesta imaginarse ahora su vida sin el animal. «Gracias a ella me atrevo a ir a buscar a mi hijo al colegio; si no lo tuviera creo que no lo haría», reflexiona.
La lista de espera para conseguir uno de los perros -cuyo coste medio de crianza, mantenimiento y entrenamiento es de 28.000 euros- ronda los tres años.
La alta demanda de los animales ha empujado a la ONCE a cambiar en el último año los procedimientos para su concesión. Con ello se pretende agilizar y aumentar la cantidad de canes que se entregarán de cara al futuro.
Cerca de un centenar de animales salen anualmente de la Escuela de la Fundación del Perro Guía que la ONCE tiene en Madrid. El proceso de educación se extiende por uno, dos y hasta tres años.
Previamente, en el primer año de vida, los perros viven con una familia adoptiva que la ONCE selecciona de todas las interesadas y residentes en Madrid u otras provincias limítrofes.
Instinto animal y humano
«Los perros están educados pero el instinto es el instinto». Así explica Ana María las situaciones que a veces tiene que vivir cuando otros perros se aproximan a Xua o cuando los propios dueños, sorprendidos por el atractivo del animal, llegan a acercar sus canes al suyo.
«En algunos sitios a veces te dicen que no». Es la respuesta que recibe en ocasiones Ana María al entrar en un comercio o coger un taxi. «Alguna vez he llamado a uno y al verla se ha ido», apunta.
La Fundación ONCE del Perro-Guía ha puesto en marcha una campaña de búsqueda de familias que deseen acoger cachorros de futuros perros-guía, según una nota hecha pública por la Organización Nacional de Ciegos.
Estas familias, que debarán residir en la Comunidad de Madrid o provincias limítrofes, recibirán de forma gratuita información sobre los cuidados que necesitan estos animales, así como asistencia veterinaria y todo aquello que el perro precise.
Cuando el cachorro cumple un año de vida, plazo en el que concluye la etapa de socialización, ingresará en la Escuela de Perros-Guía de la ONCE, en la que se entrenará para ser "los ojos" de una persona ciega.
LA EVOLUCIÓN
Entre 100.000 y 200.000 estorninos han llegado, un año más, a Gijón. Vienen procedentes del Norte de Europa. Buscan calor y alimento. Y en la ciudad encuentran ambas cosas. Pero lo cierto es que en breve quedarán tan sólo entre 3.000 y 4.000, gracias a la campaña que, desde hace años, se lleva a cabo para ahuyentar a estas aves de los parques gijoneses.
Con ruido. Así es como se consigue en Gijón que dentro de un mes, aproximadamente, la población de estorninos pintos, los principales integrantes de los bandos que duermen en nuestros parques urbanos, haya descendido hasta un 98% en la ciudad. Simplemente, se van, acabando así con un importante problema sanitario, de suciedad y mal olor, además de los daños que ocasionan en los árboles. Puede parecer que, al quedar lejos ya los años en los que se contaban más de 300.000 estorninos, el problema ha desaparecido, pero cada año, al llegar octubre, comienza el trabajo de nuevo.
Porque es entre los meses de octubre y noviembre cuando los estorninos regresan a los dormideros que utilizaron en años anteriores. Lo primero es elaborar el censo. Después, comenzar la campaña de expulsión en los lugares donde hay un mayor número de individuos. En esta ocasión, como en otras anteriores, el parque de Isabel la Católica ha vuelto a ser el elegido por la mayoría. Pero también se cuentan por centenares en el paseo de El Arbeyal, Begoña, los Jardines de la Reina, el Campo Valdés y el parque de Atalía, entre otros. Lo habitual es que, ahuyentados de Isabel la Católica, vayan a algún otro parque. Entonces comienza una especie de 'persecución', llevando el mecanismo de sonido hasta donde estén las aves.
Gijón ahuyentará a los estorninos con señales sonoras hasta marzo
La llegada del frío a la ciudad coincide además cada año con la migración a Asturias de los estorninos. Gijón es una de las ciudades que más soporta la invasión de este ave, procedente en su mayor parte de países del centro y norte de Europa.
La aparición de estorninos sobre el cielo gijonés tiene lugar en octubre o durante los primeros días de noviembre, coincidiendo con las primeras nevadas del norte de Europa. Sin embargo, un otoño inusualmente caliente ha retrasado este año el viaje al sur de los pájaros. Hasta hace unos días, sólo habían llegado los que vivían en otras zonas más frías de la península, y faltaba por hacerlo el grueso de la colonia (desde la empresa estimaban que el retraso afectó al al 90% de las aves que tradicionalmente anidan en los árboles gijoneses).
La empresa gallega Locus Avis S.L. es este año la encargada de evitar que las bandadas de estorninos aniden en los parques de la ciudad. Para ello harán uso de un complejo sistema de alarmas predigitalizadas en el que se recrea el sonido que emite el líder (todos los grupos tienen un ave al que siguen) ante el peligro de un depredador.
SEÑALES FIJAS Y MOVILES Las señales acústicas se emitirán en horario nocturno hasta que los estorninos decidan que el parque en el que anidan no es un lugar seguro. Se colocará una de carácter fijo en el paseo de Begoña, mientras que los trabajadores de la empresa llevarán otro dispositivo móvil con el que seguirán a los estorninos hacia otros puntos de la ciudad en donde decidan alojarse.
El responsable de la empresa, Miguel Alvarez del Pino, explica que sólo se colocará un dispositivo fijo por la facilidad con la que esta especie podría adaptarse a la repetición del sonido en un mismo lugar. En ocasiones, se utilizarán aves rapaces como complemento, aunque sólo se recurrirá a este sistema en las situaciones en las que ahuyentar a las bandadas sea más complicado.
Del Pino señala que el estornino no es una especie perjudicial, pero sí el número en el que realizan sus desplazamientos. "Cuando tienes 5.000 en una palmera o 10.000 en un magnolio es cuando se vuelven problemáticos por la cantidad de excrementos y el deterioro del mobiliario urbano", explica. Locus Avis se encarga de evitarlo desde principios de esta semana y desarrollará su proyecto de control de dormideros hasta el próximo mes de marzo.
MIGRACIÓN DE AVES A LA CIUDADLa empresa adjudicataria utilizará aves de presa en ocasiones puntuales.
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La llegada del frío a la ciudad coincide además cada año con la migración a Asturias de los estorninos. Gijón es una de las ciudades que más soporta la invasión de este ave, procedente en su mayor parte de países del centro y norte de Europa.
La aparición de estorninos sobre el cielo gijonés tiene lugar en octubre o durante los primeros días de noviembre, coincidiendo con las primeras nevadas del norte de Europa. Sin embargo, un otoño inusualmente caliente ha retrasado este año el viaje al sur de los pájaros. Hasta hace unos días, sólo habían llegado los que vivían en otras zonas más frías de la península, y faltaba por hacerlo el grueso de la colonia (desde la empresa estimaban que el retraso afectó al al 90% de las aves que tradicionalmente anidan en los árboles gijoneses).
La empresa gallega Locus Avis S.L. es este año la encargada de evitar que las bandadas de estorninos aniden en los parques de la ciudad. Para ello harán uso de un complejo sistema de alarmas predigitalizadas en el que se recrea el sonido que emite el líder (todos los grupos tienen un ave al que siguen) ante el peligro de un depredador.
SEÑALES FIJAS Y MOVILES Las señales acústicas se emitirán en horario nocturno hasta que los estorninos decidan que el parque en el que anidan no es un lugar seguro. Se colocará una de carácter fijo en el paseo de Begoña, mientras que los trabajadores de la empresa llevarán otro dispositivo móvil con el que seguirán a los estorninos hacia otros puntos de la ciudad en donde decidan alojarse.
El responsable de la empresa, Miguel Alvarez del Pino, explica que sólo se colocará un dispositivo fijo por la facilidad con la que esta especie podría adaptarse a la repetición del sonido en un mismo lugar. En ocasiones, se utilizarán aves rapaces como complemento, aunque sólo se recurrirá a este sistema en las situaciones en las que ahuyentar a las bandadas sea más complicado.
Del Pino señala que el estornino no es una especie perjudicial, pero sí el número en el que realizan sus desplazamientos. "Cuando tienes 5.000 en una palmera o 10.000 en un magnolio es cuando se vuelven problemáticos por la cantidad de excrementos y el deterioro del mobiliario urbano", explica. Locus Avis se encarga de evitarlo desde principios de esta semana y desarrollará su proyecto de control de dormideros hasta el próximo mes de marzo.
Altavoces y ruido
El ruido que se emite es algo así como un secreto, ya que es una patente de la empresa que, en este caso, realiza las labores en Gijón, Locus Avis, S. L. Los altavoces emiten un sonido que mezcla una alarma propia de los estorninos, que estos pájaros emiten cuando son atacados, junto con sonidos propios de aves depredadoras. La campaña de este año tiene un presupuesto de algo más de 11.000 euros y se extenderá hasta el mes de marzo. Porque, aunque se calcula que en un mes, o menos, la colonia haya descendido en su práctica totalidad, hasta entonces habrá que vigilar, cada semana, los dormideros. En marzo, los estorninos regresarán a sus lugares de origen, en el Norte de Europa.
El problema de Gijón (ahora ya más o menos controlado) no es único. Son muchas las ciudades españolas que ven absolutamente colonizados sus parques y zonas verdes por estas aves, que encuentran en estos puntos de la ciudad mayor abrigo y seguridad que en las zonas arboladas del campo. En Mallorca, por ejemplo, han recurrido al uso de equipos pirotécnicos y halcones adiestrados. En Jumilla (Murcia) han llegado incluso a hacer detonaciones con cañón en varios parques de la ciudad, durante dos horas al día, dos semanas enteras. Es la guerra al estornino.
Sin embargo pocos saben que el estornino es un pájaro muy sociable, capaz de convivir con las personas en perfecta armonia.Es un pájaro burlón, que imita con cantos de otros pájaros y que es capaz de hablar.Recomiendo la lectura del libro Arnie the Darling Starling para cualquier aficionado a los animales, lástima que sólo lo haya en inglés.
En la foto la autora del libro con Arnie
Gaviotas y palomas
Y no es la única que Gijón mantiene con las aves. Gaviotas y palomas han dado ya más de un problema y de un quebradero de cabeza en la ciudad. Mientras el control de las primeras se lleva a cabo desde hace mucho tiempo, con las segundas se empezó a actuar hace tan sólo dos años. Y si los estorninos son 'expulsados' de la ciudad, con las palomas no es posible. Así, son capturadas en la vía pública mediante un sistema de redes y trasladadas después a Deva, donde se les aplica una muerte incruenta, indolora y bajo un exhaustivo control veterinario.
En cuanto a las gaviotas, cada año se lleva a cabo la retirada de nidos, huevos y pollos. Este año, entre los meses de mayo y junio, fueron retirados 536 nidos, así como 727 huevos y 624 pollos, lo que sumaría 1.351 descendientes.